Lugares para el asombro,
tres caramelos al alma,
o trescientos a mis sueños...
Sonrisas de chocolate
y carcajadas de nata
que aún consiguen sonreirme.
Abandonar el bostezo
tejido a base de piedras,
para acabar encontrando
senderos donde había montañas...
Si me ríen, yo me río.
Si me miran, pierdo miedos.
Cuando se pierden, respiro.
Yo quiero perderme con ellos.
Yo quiero gastar las migajas
de este pan de incertidumbre
en señalar mi camino
(a través de su sendero)
Hoy quiero ser como un niño...
Ríe conmigo...soñemos...